El flamenco, tal como hoy lo conocemos, empezó a manifestar a fines del siglo XVIII. Con anterioridad a esas fechas, todo hace suponer que sus formas primitivas fueron gestándose en la intimidad de aciertos reductos gitanos bajoandaluces. Puede decirse que hasta mediados del XIX no abandona el flamenco esa situación doméstica semiclandestina y hace su aparición en los primeros escenarios públicos.
La genealogía del flamenco enlaza con toda una serie de consecutivos aportes musicales. En términos estrictos, el flamenco supuso la cristalización de muy diversas herencias oriundas de ese inmemorial cruce de culturas latentes en el pueblo andaluz: salmódicas hindúes y griegas, cantos gregorianos, melodías persas, jarchas mozárabes, endechas judías, tonadas moriscas, romances castellanos, sones africanos y suramericanos...
Todos esos ingredientes, sucesivamente refundidos en el crisol de las cadencias autóctonas andaluzas, dieron origen a una nueva estructura musical que ha llegado hasta nosotros con el nombre del flamenco. La paulatina diversificación de estilos no es sino una consecuencia más de esa inagotable capacidad innovadora que posee el flamenco, uno de los modelos expresivos de más libre adecuación a las necesidades creadoras del intérprete y uno de los fenómenos de la música popular más singulares del occidente europeo.
Sin embargo a pesar de esa libertad y elasticidad existen unos parámetros métricos en cada estilo de cante y baile que han sido marcados en las más importantes escuelas con la intención, al menos necesaria, de mantener la raíz de cada uno de los palos. Toda persona que se precie a estudiar este arte, en cualquiera de sus facetas, debe conocer antes la base de la misma, procurando que sus futuras creaciones se adapten a estos marcos métricos, sobre todo para bailes en solitario, pues es bien sabido que el flamenco para un grupo numeroso tiene otras pautas de creación que se indicarán mas adelante.
ALEGRÍAS
Las alegrías representan el más divulgado y característico ejemplo del grupo de las cantiñas gaditanas. Parece ser que es un cante y un baile derivado de la antigua jota de Cádiz, que empezó a tomar forma cuando la ciudad se convirtió en un reducto liberal frente al avance de las tropas napoleónicas. Esa jota, evolucionada a través del ascendiente local de soleares y cantiñas, pasó a constituir el más fértil núcleo expresivo de la personalidad flamenca gaditana.
1-Compás de 3x4 2-Introducción 3-Subida y cierre. 4-Silencio. 5-Escobilla. 6-Remate de Alegrías por Bullerais.
BULERÍAS
Las bulerías, cante festero por antonomasia, admite una muy variada gama de influjos literarios y refundiciones musicales. Lo único imprescindible es que el intérprete cante sepa adaptar todas esas apropiaciones al compás del cante, uno de los más difíciles y rigurosos del flamenco. La variedad de las bulerías es prácticamente inabarcable. Las hay para cantar y para bailar, distinguiéndose exclusivamente unas de otras por el más pausado y acelerado despliegue rítmico. De acuerdo con su órbita nativa, pueden establecerse tres principales grupos distintivos: Jerez de la Frontera, Cádiz y el área trianera o utrerana. Las de Jerez de la Frontera son sin duda las de más intensa y desbordante personalidad. Su compás es el de ¾; y la ejecución o interpretación de este palo es a base de lo que se denomina patas: estructuras de unos 16compases musicales en grupos de cuatro, utilizando el primer compás para dar tres golpes secos y unos pasos hacia delante y atrás que asemejan a "dar una patada", luego una serie de zapateados y remates que acaban con un desplante. Dice en el argot profesional que aprender a bailar bulerías es lo más difícil pues depende de una gran rapidez y gracia como destreza para dominar este baile.
LA SOLEÁ
SOLEA: El caudalosos río de las soleares –del que se derivaron otros muchos cantes- constituye sin duda una de las mas integras y acreditadas creaciones flamencas surgidas con posterioridad al oculto desarrollo del cante en la intimidad gitana. Las distintas variantes de soleares dependen estilísticamente de la localidad donde arraigaron o de la personalidad de sus mejores interpretes. Así pueden distinguirse las de Triana, Jerez de la Frontera, Utrera, Alcalá, Lebrija, est... Desde que el flamenco salta – a mediados del XIX- del anonimato del clan gitano a los escenarios públicos, la soleá fue un cante que solía acompañarse de su correspondiente baile. En un principio, estaba destinado a la mujer, pero poco a poco también empezó a ejecutarse habitualmente por los hombres como baile, las soleares son probablemente la modalidad de más solemne y poderosa plasticidad de todo el flamenco.
1-Compás de 3x4 2-Introducción subida y cierre. 3-Varias coplas y cierre. 4-Escobilla subida y cierre. 5-Varias coplas. 6-Escobilla subida y cambio a bulerías.
FANDANGOS
La familia de os fandangos onubenses es muy numerosa. Cada pueblo prácticamente con el suyo propio. Entre la sierra de Aracena y la costa atlántica, arraigaron efectivamente desde fin de siglo una serie de variantes del frondoso árbol de los fandangos, cuya personalidad enlaza muy bien conciertos cancioneros regionales cuya mayor o menor temperatura flamenca depende naturalmente del interprete. Estructura: Es de compás ¾. Se usa en finales de fiestas flamencas, es muy vivo de ejecución y alegre y aveces puede emplearse las castañuelas para bailarlo.
GUAJIRAS
Entre los llamados cantes de "ida y vuelta", más o menos dependientes de los cancioneros populares hispanoamericanos, la guajira posee unos rasgos muy especiales. Prohijada pro el flamenco en el último tercio del siglo pasado, es un cante donde se perciben ciertas cadencias del "punto guajiro" cubano pasadas por el tamiz de las viejas cantiñas gaditanas.
1-Compás de 4x4. 2-Introducción, subida y cierre. 3-Varias coplas y cierre. 4-Escobilla. 5-Silencio, subida y cambio a tangos y fin. 6-Se asemeja bastante en su ambientación como vestuario a las colombianas.
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